Hoy en clase de sociologia hemos estado hablando de las colonizaciones. Colonización es cuando una o más especies pueblan un territorio. Y esta claro que es más heróico si ese terreno ya estaba ocupado. ¿Pero a los pueblos, a las madres, a los niños, les gustan ser colonizados?
Hasta ahora había oído hablar del "Descubrimiento de Ámerica" por Cristobal Colón. Pero al llegar a España me he dado cuenta de la importancia tan relevante que tiene este hecho para los españoles. Creo que desde el descubrimiento de América no han estado tan orgullosos de su país hasta que ganaron el mundial. En Madrid hay una plaza dedicada a Colón. En Barcelona hay un monumento. Y en Salamanca, Valladolid y Sevilla. Yo no sé ni dónde están estas ciudades, pero si sé que Colón merece estar presente en ellas."Descubrimiento". ¿Acaso invadir, asesinar, violar, robar y quemar es descubrir? ¿Por qué se sigue llamando descubrimiento a un homicidio de tal calibre? Quizá deberíamos llamarlo "Exterminio de Ámerica".
Y pensando en esto, me he parado a pensar en la colonización de Marruecos. Siempre he tenido mi punto de vista, como marroquí que soy. Y hoy por fin he querido saber el otro lado de la historia. Qué significó para los españoles la invasión a mi país.
La colonización de Marruecos es otro éxito que apuntarse en la biografía. Otro recuerdo que perdurará en las bibliotecas. Y mientras no le pregunten a los marroquís su opinión, la colonización fue, es y será un logro, una hazaña, una heroicidad.
Pues bien, por si alguien lee la voz del conquistado, y sin esperar gran repercusión, hablaré en nombre de mi pueblo. Marruecos fue un capricho más de las almas insatisfechas, de los corazones avariciosos. Ansia por poseer todo aquello sobre lo que posaran los ojos. Marruecos fue la recompensa para curar un orgullo herido tras el desastre del Annual. Marruecos se lo sortearon. Se lo regaló Francia a España con el fin de ser cortés y dar buena imagen. Marruecos fue una falsa moneda que viajó de mano en mano. Pero al desear poseerlo, al jugar con este país, igual que jugaron a las batallitas con Ámerica, no pensaron en las familiar, en los hogares, en las tradiciones creadas con esfuerzo y cariño. No se acordaron de que invadir, colonizar o descubrir, no es un simple hecho que echarse al bolsillo. Es destrozar vidas y sueños a cambio de una nueva medalla. Las consecuencias y las lágrimas derramadas, el amor roto, ya no importan. Los conquistadores duermen tranquilos en casa.
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