lunes, 25 de octubre de 2010

Mon, compañera de casa



Por fin tengo habitación, ¡MI HABITACIÓN!

La semana pasada tuve mis primeras prácticas de fisiología. El laboratorio de nuestra facultad estaba ocupado por lo que tuvimos que ir al de la facultad de farmacia. Entonces vi un tablón en la entrada con un cartel anunciando alquiler de habitación. Por la tarde, cuando sali de clase me acerqué y lo leí con detenimiento. ¡Solo 250 €! ¡Y al lado de la universidad! Llamé a la anunciante qye se llamaba Monse, Montse, o Monxe...todavia no tengo ni idea de como se pronuncia y no me deja llamarla Mon. Es una chica del norte, pero no recuerdo el nombre de su ciudad. Tiene un acento bárbaro y habla muy alto. Es un poco brusca y dice muchas palabrotas que gracias a Alá no entiendo, pero es agradable y charlatana. El precio está muy bien, ya que en el DIA% me están pagando casi 850€, la habitación es pequeña pero bonita y Mon es buena compañera. El único inconveniente (y es que tenía que tener alguno), es Rober, su perro. Primero porque es muy grande y a mí me da mucho miedo aunque Mon diga que es bueno. Y segundo porque si Montse es un nombre difícil de pronunciar, Rober es totalmente imposible. "Chien" es como yo le llamo, que significa perro en francés. Pero bueno, habrá que hacerse. 

Cuando fui a ver la casa, además de perderme un par de veces, me enamoré instantaneamente de ella. Quizá porque es maravillosa. O quizá porque el hostal de Montera cada día huele peor y ansiaba tener mi espacio propio. Así que no me lo pensé dos veces y le dije a Mon que estaba decidida. Ella me expuso una enorme lista de requisitos (no fiestas, no hombres, no tabaco, sí animales, cocina repartida por horas...) y despues aceptó. Dijo algo sobre que las marroquíes no traen problemas. No lo entendí muy bien puesto que a mí no me conoce de nada. Cierto es que soy marroquí, pero ella qué sabe sobre si yo traigo problemas o no. Después me dijo que nos fueramos a cenar al McDonals para irnos conociendo. 

Comida rápida y barata. Le pregunté al dependiente si la carne era 100% vaca o llevaba algo de cerdo. Puso su peor cara de desinterés y no respondió. No quise arriesgar asique me pedí una de pollo. 

Ya sentadas en la mesa, Mon, con su peculiar dulzura me dijo que no entendía por qué no comía cerdo. "¡Si es uno de los animales más ricos!" decía. "¡De verdad, hay algunas culturas tan atrasadas!¡No comer cerdo, vaya chiste!". Yo me callé, porque no quería iniciar discusión el primer día con mi compañera de piso. Pero realmente... ¿La digo yo que se coma a su estúpido perro Rober? 


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