Los estereotipos sirven para engañar a la gente acerca de los demás. A través de ellos consigues que todo el mundo valga muchísimo menos de lo que en realidad vale. Consigues menospreciarles, consigues que todos les menosprecien. Y eso te hace sentir superior y hace que el resto te vea muy por encima. Pero no por tus propios méritos. No por tu batallas ganadas. No porque seas mejor,sino porque hiciste a los demás peor. Cuando has humillado a todos los candidatos, a la gente no le queda más remedio que admirarte a ti.
Los estereotipos son una ironía. Son hechos como de broma. Pero lo más gracioso es que la gente se los crea, los sienta como suyos. Los añada a sus valores.
Me explico. Si una persona es ganadora del premio Nobel de la Paz, su país no será reconocido por ello. Nunca se pensará: "¡Qué buena es la gente de Brasil o de España o de Japón!" solo porque UNA persona entre millones sea Nobel. Nunca se generalizará de algo bueno. Nunca te meterán en un saco, sin haber hecho nada, por las honorables hazañas de otro. Los méritos extraordinarios son de cada uno. Son del que los alcanzó, de él solito. Nunca te darán una medalla por lo que hizo un compañero.
Sin embargo, ¿Qué pasa cuando no se trata de un hecho admirable sino de una catástrofe, un asesinato o una denuncia? ¡Andate con cuidado! No te juntes mucho al que pecó, porque sino, te tacharán de pecador a ti también.
La doctora iraní Shirin Ebadi fue Premio Nobel de la Paz en el 2003.
Mohamed ElBaradei fue Premio Nobel de la Paz en el 2005.
Yusuf Islam, al que probablemente no reconozcan por este nombre, se convirtió al islam en 1978. En ese momento se cambió el nombre, dejando de llamarse Cat Stevens. Fue nombrado en 2004 “Hombre de la Paz”, sin contar con sus inumerables éxitos como cantante en todo el mundo.
Muhammad Ali también fue un el nombre que adoptó Cassius Marcellus Clay Jr. Al convertirse al islamismo. Éste boxeador ha sido probablemente el más famoso de todos los tiempos y fue considerado “Deportista del siglo” por la revista Sports illustreted y por la BBC.
Akon, nombre artístico de Aliaune Badara Akon Thiam, famoso cantante de la actualidad que también celebra el ramadám y se reconoce como musulmán. Su mayor éxito ha sido “Lonely” y es ganador de multi- platinos.
¿Qué tienen en común todas estas celebridades? Su religión: el islamismo. Pero a la hora de judgar, nadie se acuerda de ellas.
Sin embargo, un grupo radical musulmán, decidió destruir las torres más altas de Nueva York asesinando a miles de personas mientras el mundo entero miraba impotente a través de sus televisores. Nadie sabe lo que les pasaba por la cabeza. Nadie entiende el odio, la rabia, o quizá la enfermedad que te pueden llevar a hacer algo así. Pero desde entonces, todos los islamistas somos unos asesinos.
Hay quien quiere destruir mezquitas, que son nuestro centro de oración y paz. Hay curas que queman con rabia Coranes. E invitan al pueblo a hacer lo mismo. Incluso se enorgullecen mientras la televisión les graba. Y a esos curas no le importa que existan personas como yo, o como mi madre, que jamás haremos daño a nadie y que también es nuestro libro sagrado. Que también lloramos cuando un Corán arde.
Los prejuicios son como unas lentes envenenadas. Que te obligan a señalar, a humillar y a rechazar a todos aquellos que pertenezcan al islam, sin clasificar ni distinguir. Pero estas lentes están estropeadas, porque nunca nadie te pedirá un autógrafo por tu último disco, ni te sacará una foto por ser nobel de la Paz. Sin embargo, todavía hay quien no alquila su casa a un musulmán por miedo a que estrelle un avión es su terraza.
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